El grupo de Investigación de Procesos Químicos Sostenibles de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) desarrolla una serie de métodos para “limpiar el agua residual” para que ésta llegue a niveles de calidad para potenciar su aprovechamiento en el riego agrícola y devolver al entorno natural agua libre de contaminantes.
El Dr. Carlos Javier Escudero, Profesor-Investigador del Departamento de Diseño, Ciencia y Tecnología, de la UAG y Miembro Directivo del grupo Young Water Professionals Capítulo México, señaló que este grupo que él encabeza trabaja en colaboración con el Dr. Germán Cuervas Rodríguez, de la Universidad de Guanajuato, para hacer sinergia entre tecnologías biológicas y de oxidación avanzada para la depuración del agua residual.
Recientemente, el Dr. Cuevas ha puesto a prueba el uso de bacterias fototróficas púrpura para el tratamiento de aguas de rastros municipales y con ello lograr la producción de proteínas, con gran valor en el mercado, como recurso para la fabricación de alimento de piscifactorías.
“El agua residual concentrada con materia orgánica no utilizada se ha canalizado a nuestro laboratorio de investigación para darle tratamiento mediante separaciones mecánicas y procesos fisicoquímicos y fotoquímicos con el uso de fuentes renovables como la luz solar, consiguiendo hasta el 90% de la mineralización y a niveles muy cercanos a las necesidades normativas”, dijo.
Actualmente, el grupo de trabajo se ha centrado en la aplicación de tecnologías avanzadas de depuración biológica del agua residual doméstica mediante la puesta en marcha de reactores de biopelícula de lecho móvil (MBBR), mediante el empleo de membranas con surcos para incrementar el área superficial para el crecimiento de la biopelícula que contiene los microorganismos degradadores de la materia orgánica y lograr resultados superiores a los planeados.
Estas investigaciones buscan a su vez fortalecer las tendencias de sostenibilidad y sustentabilidad de la recuperación del agua y aportar a las tendencias de la Economía Circular.
Economía circular y el agua
Se sabe, explicó el investigador, que las grandes áreas de oportunidad en materia de tratamiento de agua residual que hay en México y, por supuesto, en Jalisco, donde a pesar de que al año se trata cerca de 390 millones de metros cúbicos de agua residual municipal y en torno a 5 millones de metros cúbicos de agua tipo industrial, aún falta mucho por hacer.
Por mucho tiempo se ha visto a las Plantas de Tratamiento de Agua Residual (PTAR) como un fin último del residuo líquido que mandamos desde nuestros hogares a través del sistema de alcantarillado sanitario. Sin embargo, el panorama está cambiando para bien.
A partir del año 2015, con el establecimiento de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, las organizaciones tratan de superar las diferencias de integración entre políticas, estrategias y formas de aplicación que se han observado previamente con los Objetivos del Desarrollo del Milenio.
Una de las herramientas que cada vez se hace presente a nivel global para lograr el cumplimiento de los ODS es la Economía Circular, que se percibe como un modelo crucial para que la economía industrial busque el desarrollo sostenible.
En la economía que prevalece en la actualidad, que es la lineal, aproximadamente el 80% de lo que usamos se desecha directamente una vez usado el producto. Otras investigaciones incluso concluyen que más del 99% del flujo total de material generado para producir bienes de consumo termina eliminándose como residuo dentro de los 6 meses después de su uso.
Por lo que, con la Economía Circular, lo que se busca es mantener los recursos, materiales y productos el mayor tiempo posible en la economía con el objeto de minimizar la generación de residuos, mejorar la eficiencia de consumos energéticos e hídricos minimizando el impacto ambiental.
“Justo, en lo que tiene que ver con el vital líquido es importante reconocer que el agua es un recurso natural finito, indispensable para la vida en el planeta, y el ODS número 6 se enfoca a garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Para ello, se deben replantear estrategias que sean eficientes y sostenibles”, apuntó.
Alrededor del 36% de la población mundial vive en regiones de escasez de agua, en Latinoamérica el 40% de la población carece de una conexión a un sistema de alcantarillado, y apenas cerca del 35% del agua residual colectada es tratada.
Por lo anterior, el desarrollo urbano futuro necesita enfoques que minimicen el consumo de recursos y se centren en la recuperación del recurso, siguiendo los principios de la economía circular. Las corrientes de agua residual deben considerarse un recurso valioso a partir del cual pueden extraerse gran cantidad de materiales de valor agregado.
Diversos estudios han confirmado que el agua residual es una “mina de oro”, dado que de ella se pueden obtener energía, nutrientes, pigmentos, biosólidos, etc. Por lo tanto, en lugar de seguir llamando a PTAR a la estación donde se depura el agua residual, éstas deben concebirse como instalaciones de recuperación de recursos valiosos.
“Las organizaciones vinculadas a temas de saneamiento y aprovechamiento integral de los recursos del agua residual establecen que las disputas por el agua residual crecerán con el tiempo. Mientras, se buscan acciones que abonen a la circularidad en la gestión sostenible del recurso hídrico”, concluyó.