Por Hugh Belmont.
Con una escasa o mejor dicho con tan solo dos películas detrás como trasfondo, la Liga de la Justicia afrontaba el gran reto de presentar en la gran pantalla a la más grande unión de superhéroes de DC. Por fortuna se eligió seguir un camino totalmente distinto a su competidora Marvel; mientras esta última apostaba a un ambiente amigable y cómico, en este otro universo se optó por un entorno de oscuridad y seriedad, algo que sin duda se agradece y se valora.
El presente filme fue producto del sufrimiento de algunas vicisitudes, de las cuales destaca una trágica (el suicidio de una de las hijas de Zack Snyder provocó su salida del proyecto, tomando el relevo Joss Whedon, quien a su vez hizo cambios en el guion original), creando en consecuencia de manera positiva una película con un matiz diferente para el Universo Extendido de DC. El verano pasado Mujer Maravilla presentaba muy bien un estilo narrativo, ahora en Liga de la Justicia (la amazona es una líder indiscutible) con sus dificultades en la producción, realización, montaje y estreno; sale bien librada, en la misma línea argumental de las dos pasadas y abigarradas cintas (El Hombre de Acero y Batman vs Superman el origen de la justicia) de Snyder aunque sin ese aire religioso que se empeñaba en citar.
En esta ocasión se tiene una historia que es narrada de manera coherente la lucha perpetua entre el bien contra el mal.
La Liga de la Justicia es una puesta en escena de primera y se mueve con cierta gracia de un escenario a otro sin sentirse forzado el cambio; de Ciudad Gótica a la isla de las amazonas y a la Atlántida (Atlantis). La relación entre los personajes y los principales está llevada con naturalidad, y un sentido del humor más que perfecto para las situaciones que se viven en la cinta.
Por otro lado Danny Elfman es el encargado de la banda sonora que si bien en ciertos momentos pasa desapercibida, en otros complementa de modo magistral. Mención especial para los temas clásicos del Batman de Tim Burton y Superman de John Williams.
Su doblaje en español latinoamericano está por demás correcto con una que otra frase cambiada pero nada que afecte la experiencia, con un elenco de actores más que perfectos en su interpretación.
En conclusión, merece ser vista y disfrutada por todos aquellos amantes de los superhéroes y la ficción al igual que aquellos no tan adeptos al género. Dejando de lado todo lo que se ha visto hasta ahora con Marvel, DC es el otro lado de la moneda y no se merece ser comparada una con la otra. El binomio conformado por los directores Zack Snyder y Joss Whedon resulta ser de lo mejor ya que las debilidades de uno son compensadas por las fortalezas del otro.
Su único gran pecado es su duración de dos horas exactas, es notable que fácilmente se pudiera haber hecho dos películas o al menos haberla presentado con un metraje de 3 horas para poder ahondar y disfrutar sus subtramas.
Al momento en que se redacta la presente crítica de acuerdo a Canacine, Liga de la Justicia ha logrado arrebatarle el trono del primer puesto a COCO en la taquilla mexicana con un ingreso de $345.48 millones de pesos con apenas dos semanas en exhibición.
Advertencia de destripes, si no has visto la película deja de leer y vuelve cuando la hayas visto.
Flash sin duda se roba las risas con su atinado comentario de la película Cementerio Maldito o Cementerio de Mascotas (Pet Sematary), mientras que Aquaman se ve muy acelerada su visita a la Atlántida (Atlantis) en donde a pesar de aparentemente haber rechazado su estado como sucesor al trono recibe plácidamente la ayuda de Mera incluso le pide un favor (¿la armadura y el tridente del rey?).
Batman a su vez se ve seriamente mermado en algunos combates y no hace gala de su habilidad de pelea que tanto lo hizo brillar en Batman vs Superman. Aunque el argumento trata de justificarlo al dejar en claro que el Caballero de la Noche se encuentra retirado de su labor como justiciero.
La primera escena después de créditos se ve a Superman en una épica competencia contra Flash; no pude evitar sentir rechazo y desagrado al ver volar al Hombre de Acero en esta carrera cuando se supone que debería… ¡CORRER! Algo que ya se ha visto tanto en comics como en animaciones protagonizadas por el Último Hijo de Kripton.
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