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● Caso de Marianne ‘N’ y Valentina: El 5 de febrero, la influencer Marianne ‘N’, de 17 años, fue detenida por apuñalar en múltiples ocasiones a Valentina Gilabert, de 18 años, en un complejo residencial de la Ciudad de México. Este acto de violencia extrema entre adolescentes pone de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer la atención en salud mental y el acompañamiento psicoemocional para las juventudes.
● Caso del bebé abandonado en Tultitlán: El 11 de febrero, un recién nacido fue abandonado en una calle de Tultitlán, Estado de México, por sus padres Lucio ‘N’ y Diana ‘N’, de 18 y 21 años respectivamente. El bebé, encontrado dentro de una bolsa de plástico, fue rescatado por vecinos y trasladado a un hospital donde se reporta estable. Este hecho refleja la falta de acceso a educación sexual y reproductiva, así como la ausencia de redes de apoyo para la crianza.
● Caso de Fátima, víctima de bullying: Fátima, una adolescente de 13 años, sufrió acoso escolar debido a su afición por el K-pop. El 4 de febrero, tras una agresión en su escuela en Iztapalapa, cayó desde un tercer piso y actualmente se encuentra hospitalizada con fracturas en cadera y pelvis. Este caso visibiliza la gravedad del bullying en nuestras instituciones educativas y la urgencia de intervenir con estrategias de prevención y atención.
Ciudad de México, a 18 de febrero de 2025. En las últimas semanas, hemos sido testigos de una serie de eventos profundamente preocupantes que afectan a nuestra juventud y niñez. Estos casos reflejan realidades que requieren respuesta inmediata.
Estos hechos no son casos aislados; son síntomas de una problemática estructural que exige respuestas concretas y coordinadas.
Desde Reinserta, manifestamos nuestra profunda preocupación y hacemos un llamado a asumir una responsabilidad colectiva en la protección y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Esto implica evitar la criminalización de adolescentes en conflicto con la ley, y en su lugar, priorizar la prevención, el acompañamiento y la reinserción social, con un enfoque basado en derechos humanos y el debido proceso.
Para ello, es fundamental:
● Reforzar los programas de salud mental en las escuelas, brindando herramientas para afrontar las adversidades que enfrentan y promoviendo espacios de respeto y bienestar emocional.
● Atender la normalización de la violencia en la infancia y la juventud la cual está influida por el acceso desregulado a la tecnología, la exposición a contextos de violencia y la trasmisión intergeneracional de patrones agresivos.
Por ello, es crucial integrar programas de educación sexual y prevención de la violencia en el ámbito escolar, así como fortalecer la coordinación entre el Sistema DIF y otras instancias a nivel federal, estatal y municipal para una respuesta efectiva ante situaciones de riesgo. La prevención del delito no puede ser un esfuerzo aislado ni reactivo, sino una prioridad colectiva que garantice un futuro más seguro y digno para nuestra niñez y juventud.
En Reinserta, reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de una sociedad más segura y justa para nuestras niñas, niños y adolescentes. Es momento de actuar con decisión, como sociedad, para prevenir, proteger y brindar el apoyo necesario a quienes más lo necesitan.