El reto estará en usar este gran avance tecnológico para que los jóvenes aprendan, sean creativos y mantengan el pensamiento crítico
El avance de la Inteligencia Artificial (IA) obliga a las universidades a reflexionar profundamente y repensar el rol que debe seguir y tener el profesor e investigador, en su papel y en beneficio de los estudiantes.
Esto fue mencionado en el panel que se organizó en el “4° Seminario de Investigación Educativa”, organizado por la Coordinación de Modelo Educativo de la Dirección de Innovación Educativa, de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), que este año se denominó “Enseñanza Efectiva y Nuevos Ambientes de Aprendizaje”.
En este evento participó como moderador el Mtro. Juan Francisco Gudiño Oropeza, Director de Programas de Comunicación y Producción Audiovisual de la UAG.
Los panelistas fueron:
Dr. Manuel Ocampo Ponce, Vicepresidente Asociado Vitalicio de la Sociedad Mexicana de Filosofía y Profesor Investigador de la Universidad Panamericana.
Mtro. Joel García Ornelas, Coordinador de Gestión Académica y Decano de Diseño, Ciencia y Tecnología.
Mtro. José Humberto López Gómez, Coordinador de Fortalecimiento de Programas Académicos y Director de Innovación Educativa.
Aprendizaje y ética
El Dr. Manuel Ocampo Ponce enfatizó la necesidad de no olvidar el modelo de Tomás de Aquino sobre el valor de la razón, el juicio crítico y la formación integral de la persona.
“Santo Tomás de Aquino sostenía que el aprendizaje va más allá de acumular datos o conocimientos técnicos; es un proceso profundamente humano que involucra la comprensión de valores, el desarrollo de la virtud y el razonamiento profundo”, dijo.
La IA, aunque eficiente, carece de la capacidad para realizar juicios éticos y no posee una comprensión genuina de la realidad.
Equilibrio en su uso
El Mtro. Joel García Ornelas apuntó que es esencial fomentar en la educación superior un entorno y esencia natural que promueva el pensamiento crítico. La IA debe ser una herramienta que, utilizada por académicos, respalde este pensamiento crítico y fomente el equilibrio con los valores humanos.
“La personalización de la educación, guiada por el profesor, permitirá que la IA sea un facilitador del aprendizaje y nunca sustituya al maestro, quien debe ser respetado como valor humano fundamental”, añadió.
La tecnología no debe dominar la vida humana. La IA debe ser programada para generar estrategias instruccionales y conceptos basados en la filosofía educativa, con el fin de eficientar el desarrollo de la educación de manera ágil.
No abandonar la originalidad
El Mtro. José Humberto López Gómez enfatizó en su participación que la IA generativa es utilizada por los estudiantes de forma versátil y veloz, adoptándola en todos los ámbitos de su vida, especialmente en la educación. Sin embargo, esto también trae preocupaciones, como el riesgo de que los estudiantes no aprendan de manera profunda debido al uso excesivo de la IA.
“La IA no puede superar a la inteligencia humana en calidad ni profundidad, ni realizar juicios profundos. Aunque puede ser más rápida y eficiente en tareas repetitivas, sigue siendo nuestra decisión cómo utilizarla para bien o para mal», expuso.
Es importante señalar los riesgos de la falta de originalidad y la pérdida de talento y personalidad en los estudiantes al usarla, pidió. La dependencia excesiva de esta herramienta puede llevar a un déficit en el análisis crítico, la concentración y el esfuerzo, elementos fundamentales del aprendizaje.
«Es necesario retar a los alumnos y humanizarlos en las actividades que realizan. Las universidades deben reflexionar profundamente sobre el rol del profesor e investigador en la era de la IA y cómo esta puede beneficiar al estudiante», concluyó.
Los participantes del panel concluyeron que la IA trae tanto beneficios como inconvenientes; por ello, es fundamental aprender a utilizarla correctamente en el ámbito educativo y definir claramente el papel que jugará en beneficio de la enseñanza en el futuro.