Con fotografías, gastronomía y artesanías, los xiqueños difunden la celebración de este pueblo mágico.
Xalapa, Ver.- Religiosidad, fervor y tradición de un pueblo mágico, es el tema de la muestra fotográfica, gastronómica y artesanal que exhiben los pobladores de Xico, en palacio legislativo.
Autoridades municipales, artesanos y prestadores de servicios agradecieron el apoyo del Congreso del Estado para exhibir y dar a conocer las grandes riquezas de Xico y sobre todo compartir lo importante que es para ellos su fiesta patronal.
Jaime Duran detalló que en 20 imágenes muestra a los personajes que participan en la tradicional celebración de la Magdalena, desde los payasos, tocotines y la gente que usa disfraces, hasta los creyentes que participan en la procesión de fe en honor a la patrona del pueblo.
La fiesta religiosa, conocida a nivel nacional e internacional y la denominación de Xico como pueblo mágico, es debido a que mantiene viva la tradición y sus costumbres, así como una rica gastronomía, arquitectura y bellezas naturales, explica Jaime Duran.
La exposición en el Congreso del Estado expone también las artesanías que elaboran los pobladores de Xico, como las famosas máscaras que han trascendido fronteras y son muy solicitadas por los visitantes extranjeros.
Entre estas piezas, ocho fueron realizadas por el niño Rodrigo Alarcón Xotla, quien orgulloso, durante la apertura de la exposición mostró su obra.
El viejito, un toro, la calavera y muchas otras las hice con machete y espátulas: Soy el mejor y ni una sola cortada -dice y alza sus manos-. Me tardo una semana o más para hacer una. Nos dan talleres para aprender y me gusta mucho trabajar en eso.
Los prestadores de servicios también dieron muestra de las delicias gastronómicas que hay en Xico, cuyas recetas heredan de generación en generación.
Armando Hernández Hernández platicó del ritual que implica la elaboración de vinos tradicionales, lo cual les obliga a conservar las riquezas naturales de la región, ya que para elaborarlos utilizan hierbas y frutas silvestres como la mora, el anís de campo y muchos otros: “el entorno es esencial y tenemos que cuidarlo.”
Desde el 1 de julio, con anticipación, los xiqueños preparan la celebración de la fiesta, marcada en el calendario el 22 de ese mismo mes e inician las peregrinaciones para recoger los regalos u ofrendas que la gente le da a su patrona, como vestidos, flores y alhajas. Otra parte importante es el segundo domingo de julio, día en que traen la flor para el gran arco que colocan frente a la iglesia del pueblo.