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Por Agustin Peña Cruz
En días recientes, la diputada federal Blanca Narro Panameño realizó una visita a diversas comunidades, llevando consigo un modesto paquete de alimentos: dos kilos de verduras que, curiosamente, incluían los colores del símbolo patrio; tomate, cebolla y, por supuesto, mucho chile.
Más allá del gesto, la entrega de estos productos revela un trasfondo político ineludible. Aunque la legisladora ha negado en entrevistas cualquier vínculo con una estrategia del alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez, para posicionarla desde su administración pasada (2021-2024), lo cierto es que dentro del ámbito político y sindical, donde fue secretaria general del Comité Ejecutivo Delegacional D-II-169 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en Altamira, persisten dudas sobre su verdadero rol. Algunos de sus propios compañeros de la Secundaria Técnica 53 de la Tampico-Altamira sostienen que su impacto ha sido más notorio en la arena gremial que en las aulas.
Sin embargo, hay un matiz a destacar: por primera vez, Narro Panameño ha decidido mostrarse sin la sombra del alcalde, con quien ha mantenido una relación política estrecha desde su elección en 2021. Ambos, que originalmente compitieron como un binomio político, ahora se autodenominan «hermanos», lo que refuerza la idea de una alianza basada en intereses y compromisos compartidos.
El verdadero reto radica en la percepción ciudadana. Aunque la temporada electoral aún no comienza formalmente, es evidente que se busca generar simpatía a través de gestos simbólicos como la entrega de alimentos.
Pero Altamira es tierra de gente trabajadora, donde un paquete de verduras puede interpretarse tanto como un acto de gratitud como una estrategia que subestima la vulnerabilidad económica de la población.
EN CORTO
Mientras tanto, dentro del Ayuntamiento de Altamira, el ambiente político se agita. Algunos funcionarios han recibido con entusiasmo la noticia de que el alcalde planea la creación de nuevas secretarías, decisión que ha tomado por sorpresa a muchos regidores, quienes ni siquiera estaban al tanto de la reestructura administrativa,
La implementación del Reglamento Orgánico de la Administración Pública Municipal de Altamira, Tamaulipas, publicado en el Periódico Oficial el 26 de septiembre de 2019, finalmente se materializará tras años de omisión por parte de la administración anterior. Si bien esto podría representar un avance en términos de organización gubernamental, también conlleva un aumento en el gasto público por concepto de nómina, una paradoja evidente en un gobierno que se define como austero y comprometido con la transformación.
Nos vemos en la siguiente entrega mi correo electrónico es agustin@noticiaspc.com.mx
- El Autor es Master en Ciencias Administrativas con especialidad en relaciones industriales, Licenciado en Administración de Empresas, Licenciado en Seguridad Pública, Periodista investigador independiente y catedrático.