En un contexto donde la figura del político es constantemente cuestionada por la lejanía con sus representados, es alentador encontrar a aquellos que, lejos de resguardarse en su oficina o agendas repletas de compromisos, deciden invertir su tiempo en una labor tangible y cercana a la gente.
Este es el caso de Humberto Prieto Herrera, diputado presidente de la Junta de Gobierno del Congreso de Tamaulipas, quien ha demostrado que el servicio público no se limita a los pasillos del Congreso, sino que se vive, se respira y se siente en las calles.
Durante la última semana, Prieto Herrera ha aprovechado su tiempo, en gran parte dedicado a las responsabilidades legislativas, para atender directamente a los ciudadanos de Reynosa que necesitan apoyos médicos especiales, como sillas de ruedas, andaderas y bastones. Un gesto que, en tiempos donde las promesas vacías se han vuelto moneda corriente, resalta por su autenticidad y cercanía con la gente.
Es importante señalar que, más allá de los discursos y las reuniones formales, Prieto Herrera ha hecho de la atención personalizada una de sus principales herramientas de trabajo. A través de sus redes sociales y un grupo de gestión que ha establecido con su equipo, ha logrado canalizar las necesidades de los ciudadanos de manera eficaz y directa. Este tipo de trabajo implica una dedicación que muchos políticos no están dispuestos a asumir: escuchar, responder y actuar en consecuencia.
La semana culminó con un gesto lleno de calidez humana. Humberto se Prieto Herrera cerró su agenda de trabajo en la colonia Margarita Maza de Juárez, donde, además de entregar más apoyos, se unió a la celebración anticipada del Día de la Candelaria, un festejo comunitario lleno de tradición, que tuvo lugar en la casa de la señora Socorro Alberto, quien generosamente abrió las puertas de su hogar para compartir con los vecinos un día de tamales y convivencia. Un evento aparentemente sencillo, pero que simboliza el vínculo entre un político y la comunidad a la que sirve.
A veces, es en estos pequeños gestos, lejos de los reflectores y las cámaras, donde realmente se mide el compromiso de un servidor público. Humberto Prieto Herrera ha mostrado que, a pesar de los numerosos desafíos y responsabilidades de su cargo, no hay excusa para no estar presente en los momentos que realmente importan para los ciudadanos. Esta es la política que necesitamos: aquella que se construye desde abajo, en contacto directo con las personas, reconociendo y atendiendo sus necesidades.
Este tipo de liderazgo nos recuerda que los verdaderos cambios no solo se logran a través de reformas legislativas o discursos grandilocuentes, sino también en los pequeños actos de solidaridad, en la disposición de estar ahí cuando se necesita y en la capacidad de escuchar y responder a las demandas de los más desamparados.
Humberto Prieto Herrera ha dado una lección de lo que significa estar al servicio de la comunidad. En un entorno político donde la desconexión entre representantes y representados es cada vez más evidente, su ejemplo destaca como un recordatorio de que la política no es solo un trabajo de oficina: es, sobre todo, un trabajo de corazón.
En la intimidad… El presidente municipal de Altamira, Dr. Armando Martínez Manríquez, envió un documento a la Magistrada Presidenta del Tribunal Superior Agrario, Claudia Dinorah Velázquez González, solicitando la reconsideración del Acuerdo General 2/2025.
Esta decisión administrativa afecta gravemente al sector agrario de la zona al modificar la competencia territorial de los Tribunales Unitarios Agrarios de los Distritos 30 y 43, y propone la eliminación de la sede alterna del Distrito 30ª, ubicada en Altamira, Tamaulipas.
El alcalde expresó su preocupación, ya que esta reestructuración obligaría a los campesinos de la región a perder el acceso inmediato a la justicia agraria. En su solicitud, pidió que se deje sin efecto el acuerdo y que se mantenga la sede del Tribunal en Altamira, argumentando que la medida no responde a criterios de justicia social y equidad.
Además, destacó el compromiso del Ayuntamiento de Altamira, que invirtió 2 millones 580 mil pesos para remodelar las instalaciones del Tribunal, garantizando un espacio adecuado para su funcionamiento. También señaló que la decisión de mover la sede carece de justificación, ya que el Tribunal en Altamira proporciona acceso equitativo a campesinos y comunidades de Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí.
Finalmente, el alcalde subrayó que esta reestructuración podría ser discriminatoria y violatoria de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas. Reiteró su llamado a garantizar la justicia pronta y expedita para las comunidades campesinas de la región, asegurando la permanencia de la sede del Tribunal en Altamira.
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