Por: Manuel González
COSOLEACAQUE, VER.- Un emotivo recibimiento entre lagrimas y aplausos, fue como la humilde morada del cerrajero que nunca había salido de su municipio y la vez que lo hizo fue obligado por las fuerzas policiacas acusado de un crimen que no cometió, trasladado por varios kilómetros a un lugar que no era su tierra, con destino al CEDES del municipio de Altamira en Tamaulipas.
En medio de una fiesta por su libertad, con un nudo en la garganta familiares, amigos y prensa recibieron a Willian Gabriel, el hombre que fue acusado injustamente por el crimen de Rosa Angélica y sus dos hijos de 5 y 8 años de edad en el Fraccionamiento Las Haciendas 2, del municipio de Altamira, el pasado mes de marzo.
Fundidos en un abrazo con su mama y su familia, finalmente pudo reencontrarse con ellos en su humilde morada en la Colonia Cerro Alto de Cosoleacaque Veracruz, donde familiares, amigos y la prensa ya lo estaba esperando, luego de una intensa batalla legal en la que los vecinos se juntaron para botear, hacer rifas y ventas para poder costear sus gastos a lo largo de estos seis meses.
El día que un celular le cambio la vida para mal, quedara grabado en la historia, pero especialmente en la mente de William Gabriel, quien acepto un teléfono celular en pago por un servicio de cerrajería en el sur de Veracruz, lo cual fue suficiente para que la fiscal Ana Gabriela Silva Carrizales, sin escrúpulos, le inventara una serie de situaciones, para endilgarle el asesinato de una mujer y sus hijos en Altamira, Tamaulipas.
Sin una disculpa por parte de la autoridad, William Gabriel salió libre, pero lejos de pensar en demandar a las autoridades tamaulipecas, deja todo al peso de la justicia divina y aprovecha para agradecer a su abogada Victoria Morales, la barra de Abogados de Tampico y México, familiares, amigos, la prensa y personas de buen corazón en el sur de Tamaulipas, quienes lo apoyaron a surfear las olas de sangre que intentaban mancharlo con la culpabilidad de un crimen que él no cometió.
Entre el llanto y el dolor de volver a ver a sus hijo en libertad, la madre de William lamento la podredumbre que aun impera en el sistema de justicia mexicano, recriminando el infierno por el que la familia tuvo que pasar; «Ana Gabriela Silva carrizales no hizo bien su trabajo, pasamos un infierno, en el tiempo en la cárcel bajó 11 kilos, se convirtió en hipertenso sufriendo una pesadilla y ni una disculpa de la autoridad».
Cabe destacar que William Gabriel, además de ser cerrajero, es maestro de música e imparte clases en varias escuelas primarias de Cosoleacaque, tiene 40 canciones registradas, escribió 6 más durante los meses que estuvo preso, entre ellas una que nombró “El Penal de Altamira”, además cuenta con reconocimientos por su participación en varios eventos y la composición de un tema para un proyecto musical que fue grabado por un grupo reconocido en la región sureña.