Braulio Domínguez, alumno de la UAG, ha alcanzado el podio en competencias nacionales y equilibra su pasión por el karate con sus estudios.
Desde temprana edad, Braulio Domínguez Ocampo encontró en el karate una disciplina que le ha acompañado a lo largo de su vida.
Mientras cursa el quinto semestre de preparatoria en UAG High School, del Sistema Educativo de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), su trayectoria deportiva lo ha llevado de su natal Morelos a Jalisco, donde se ha destacado en competiciones nacionales.
Lo que comenzó como un pasatiempo a los 6 años, se transformó en una carrera competitiva a los 12, cuando inició su participación en torneos de alto nivel representando a su estado.
La oportunidad de competir para Jalisco llegó de manera inesperada cuando, en un concentrado en este estado antes de los Juegos Nacionales CONADE, el alumno fue invitado a entrenar con los atletas locales.
Tras destacar en el torneo de La Paz, donde ganó el primer lugar para Morelos, se le ofreció la posibilidad de representar a Jalisco, una oferta que no dudó en aceptar.
En 2023, Braulio compitió en los Juegos Nacionales CONADE en Tabasco, obteniendo el tercer lugar en combate individual y el primer lugar en combate por equipos, ya representando a los Tecos y a Jalisco.
El karate como disciplina de vida
«Lo que más me llama la atención del karate es la disciplina y el respeto entre los competidores, aunque sea un deporte de contacto», reflexiona el alumno sobre lo que lo motiva a seguir adelante.
Gracias a su esfuerzo, consiguió una beca deportiva en la Universidad Autónoma de Guadalajara, lo que le permite balancear sus estudios y el deporte.
Aunque reconoce que no siempre es fácil, valora los apoyos de la institución, como la flexibilidad en exámenes y tareas para cumplir con sus entrenamientos y competencias.
Equilibrio entre el deporte y los estudios
«Mi consejo para quienes quieran dedicarse a un deporte o cualquier otra cosa a nivel profesional es la consistencia y la disciplina», afirma Braulio, convencido de que estos son los pilares para alcanzar el éxito.
El estudiante ha aprendido a equilibrar sus responsabilidades académicas con su pasión por el karate, demostrando que el esfuerzo constante puede rendir frutos tanto en el aula como en el tatami.
Con su dedicación y disciplina, ha logrado destacar en ambas áreas, convirtiéndose en un ejemplo para quienes buscan combinar el deporte con los estudios, sin dejar de lado la excelencia en ninguna de las dos.