* Vecinos de Santa Amalia presentaron una denuncia ante Profepa por presunta contaminación ambiental en la zona.
* Tras el incidente, la ciudadanía se ha sentido desprotegida por las autoridades sanitarias y ambientales.
MANUEL González / SÍNTESISdelGOLFO
ALTAMIRA, TAM.- Habitantes de la urbe altamirense manifiestan que continúan presentándose síntomas de malestar en la salud principalmente niños y ancianos, tras la explosión en la empresa Tersa, lo cual los tiene preocupados debido a que temen se complique su estado de salud por el alto grado de contaminación que respiran a diario.
Han pasado casi tres semanas desde aquella mañana del 5 de marzo cuando un dantesco incendio devoró una serie de productos tóxicos recolectados en la industria y hospitales, los cuales se encontraban almacenados en el interior de esta planta de tratamiento; el colectivo de voces se multiplica al no obtener una respuesta que garantice la atención prioritaria en un estado de emergencia para la zona sur de Tamaulipas.
Sin que la Profepa y Semarnat hayan emitido respuesta sobre el estado del aire, así como Protección Civil y Salubridad respecto a las medidas de protección para la población afectada; la mañana de este viernes, un grupo de vecinos adscritos a la comarca de Santa Amalia, aprovecharon el evento de arranque del operativo de seguridad vacacional realizado en la carretera Tampico-Mante para abordar a las autoridades locales a fin de conocer los avances legales y de salud publica en el caso Tersa.
Noemí Espinosa, quien funge como Presidenta de la Sociedad de Padres de Familia de la Primaria «Ignacio Allende», manifiesta que desde este miércoles los alumnos han retomado sus clases luego de realizar una limpieza exhaustiva del inmueble, además de que ya se presento una denuncia ante la Profepa por presunta contaminación ambiental en la zona.
Recordemos que hace unos días a través de este medio, se presentó una investigación sobre este caso, donde habitantes de diversas colonias en Altamira exponen los síntomas y enfermedades a las que se han enfrentado, teniendo que pagar atención especializada particular; en esta ocasión la señora Beatriz Torres, residente de este lugar, refiere: “son síntomas de intoxicación, me lo han dicho varios médicos, y la verdad es que durante las tardes es cuando se agrava la situación, el olor es más penetrante”.
Espinoza Hernández, añade que tras el incidente se han sentido desprotegidos por las autoridades sanitarias y ambientales, debido a que tras 20 días de la explosión, continúan presentando irritación en ojos, nariz, garganta náuseas y en otros casos hasta vómito.