Más de un mes después de que su familia se convirtió en la villana favorita de México y de que los Yunes hoy son conocidos como “traidores de la democracia”, hoy por fin, reapareció el diputado local electo del PAN y exalcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, con todo y la presunta orden de aprehensión.
En entrevista, se asumió más panista que Manuel Gómez Morín y César Leal Angulo, tan panista, como en su momento lo presumía, Javier Corral; sin embargo, todo mundo sabe, que Fernando Yunes reapareció hoy en la escena pública para llegar a “dinamitar” al PAN, diezmarlo y si se pudiera “hacerlo añicos”, por instrucciones del propio Yunes Linares, en acuerdo con el senador morenista, Adán Augusto López.
Fernando Yunes reapareció en Xalapa, se pavoneó y placeó por los alrededores del órgano electoral, a sabiendas que, aunque los morenos de Veracruz -los salientes y futuros entrantes- quisieran hacerlo, ya no lo pueden detener, ni mandar a Pacho Viejo, luego de que su papi, Miguel Ángel Yunes Linares “comprara” una cortina de impunidad, para él y su familia, a cambio de aprobar la Reforma Judicial.
Justo de ese tema, Fernando Yunes acusó amnesia, se hizo el desentendido, y presumió -obvio mintiendo- que el pueblo bueno y sabio sigue manifestando su respeto y cariño en las calles hacia la familia Yunes, cuando las redes sociales exhiben lo contrario.
Los mismos allegados a la familia Yunes y que han marcado distancia de la familia, después de la alta traición, han filtrado a los panistas de cepa, que Fernando Yunes quiere cierta relevancia en el Congreso Local y en Acción Nacional, con tal de diezmar aún más, la maltrecha bancada panista, pues así se lo han instruido “sus nuevos patrones”, el altiplano del Movimiento de Regeneración Nacional.